Su cronología se sitúa en el siglo XVII y es considerada de estilo barroco. Se trata de un edificio de planta rectangular de una sola nave dividida en cuatro tramos por arcos fajones sobre pilares. El presbiterio se cubre con una cúpula sobre pechinas. La sacristía se adosa en el lado de la epístola, cubierta con bóveda de aristas. En el mismo lado pero a los pies, se sitúa la torre, de planta cuadrada y dos cuerpos de alzado. Los dos accesos con los que cuenta el templo son adintelados, uno en el lado del evangelio y el otro en el oeste. La obra se realiza en mampostería, con refuerzos de granito en el s. XVII. Algunas piezas de interés se conserva en esta parroquia, entre ellas destaca un pequeño retablo barroco del siglo XVIII, que cobija una talla de San Antonio de la misma centuria.
En 1.977, las bóvedas y los arcos de este templo se derrumbaron, siendo totalmente reconstruidos y sustituidos por una techumbre moderna con la colaboración del pueblo y algunos amigos y conocidos de los habitantes del lugar.